Keir Starmer, líder del Partido 🏧 Laborista del Reino Unido, pronunció su primer discurso de campaña importante en Oxted, Surrey, el pueblo donde creció y que 🏧 él describe como "tan inglés como puedes ser". En su discurso, Starmer habló sobre su infancia en una casa donde 🏧 a veces se cortaba el teléfono porque sus padres no podían pagar la factura, y cómo se identifica con las 🏧 parejas jóvenes que se dan cuenta de que no pueden permitirse un segundo hijo debido a las hipotecas en aumento.
También 🏧 habló nostálgicamente sobre el campo de fútbol desaliñado en el que jugaba, y cómo comparte el espíritu británico de "resiliencia 🏧 tranquila y sin quejas" de una época en la que había mucho por lo que ser resiliente.
Si te estás cansando 🏧 de todo este discurso nostálgico, ten en cuenta que no está dirigido a ti, sino a los lectores del Daily 🏧 Mail, que son el objetivo claro del Partido Laborista en esta campaña y para quienes el pasado es mucho menos 🏧 amenazante que el presente. Menos seguros financieramente de lo que la mayoría de la gente imagina, siempre nerviosos por caer 🏧 hacia atrás, exasperados con Rishi Sunak pero inherentemente conservadores (con una "c" pequeña o grande), aún no están seguros de 🏧 cómo votarán en los escaños Tory flotantes como East Worthing y Shoreham, donde Starmer hizo este discurso.
Hablar con las personas 🏧 que pueden entregarle una mayoría en lugar de los partidarios de por vida del Partido Laborista encarna el realismo brutal 🏧 que lo ha llevado al borde del gobierno. Sin embargo, el realismo solo llega hasta cierto punto, ya que el 🏧 Partido Laborista se ha mostrado reacio a explicar cómo pretende arreglar los servicios públicos completamente rotos sin aumentar los impuestos 🏧 sobre la renta y los seguros nacionales, como lo ha jurado Rachel Reeves, o incumplir las reglas autoinfligidas de préstamos. 🏧 (Si estás pensando que un gran impuesto a la riqueza lo cubriría, Reeves lo ha rechazado previamente).
Para una contienda entre 🏧 dos líderes serios y pragmáticos, hasta ahora esta elección se siente extrañamente desconectada de la realidad económica.