El sábado, Irán y Suecia intercambiaron rehenes. El intercambio tuvo toda la apariencia 🌟 de dos países involucrados en negociaciones diplomáticas para liberar a sus ciudadanos. Las familias estaban elatadas; los gobiernos, aliviados.
Pero el 🌟 intercambio fue solo el último capítulo de la larga historia de Irán en lo que se conoce en los asuntos 🌟 mundiales como la diplomacia de rehenes.
Desde la revolución de 1979 que instaló una teocracia conservadora, el país ha hecho de 🌟 la detención de ciudadanos extranjeros y de doble nacionalidad parte central de su política exterior. Para Irán, la aproximación ha 🌟 dado resultados. Para el mundo, ha sido una tendencia preocupante.
Las demandas de Irán han evolucionado junto con sus tácticas. A 🌟 cambio de la liberación de extranjeros, ha pedido prisioneros, asesinos, efectivo y fondos congelados. Ha ingenierado tratos complejos que involucran 🌟 a múltiples países. Y el sábado, Irán obtuvo la liberación de su objetivo más preciado: el primer funcionario iraní condenado 🌟 por crímenes contra la humanidad.